¿Por qué a veces sentimos miedo aunque sepamos que no hay ningún peligro real? La respuesta está en una lucha silenciosa que ocurre en nuestro cerebro entre dos regiones clave: la amígdala, el centro emocional que dispara respuestas automáticas de alarma, y la corteza prefrontal, responsable del razonamiento y el control consciente. Esta “batalla” es el núcleo de muchos trastornos de ansiedad.
🔴 ¿Qué es la amígdala?
La amígdala es una estructura en forma de almendra ubicada en lo profundo del cerebro. Su función principal es detectar amenazas —reales o percibidas— y activar el sistema de lucha o huida. Este mecanismo nos ha ayudado a sobrevivir durante miles de años, preparando al cuerpo con una descarga de adrenalina y cortisol. Sin embargo, en los trastornos de ansiedad, esta alarma se activa con demasiada facilidad o sin motivo claro.
🧩 ¿Qué hace la corteza prefrontal?
La corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC) es la parte del cerebro que ayuda a regular las emociones, evaluar los riesgos racionalmente y tomar decisiones conscientes. Cuando está bien conectada y funcionando correctamente, puede calmar la reacción de la amígdala y decirle al cuerpo: “No es una amenaza real”.
⚠️ ¿Qué ocurre en la ansiedad?
En los trastornos de ansiedad, esta relación se desequilibra:
- La amígdala está hiperactiva, como un detector de humo demasiado sensible.
- La corteza prefrontal tiene dificultades para inhibir esas señales, ya sea por fatiga, estrés crónico, trauma o predisposición genética.
- El resultado es un cuerpo en alerta constante, incluso cuando no hay peligro.
Este desequilibrio también se refleja en estudios con imágenes cerebrales funcionales, donde se observa menor actividad en la corteza prefrontal y mayor activación de la amígdala en personas con ansiedad.

🧠 Neuroplasticidad: ¿Podemos cambiar este circuito?
Sí. La buena noticia es que el cerebro tiene la capacidad de reorganizar sus conexiones, un proceso conocido como neuroplasticidad. Terapias como la estimulación magnética transcraneal (TMS) de tipo inhibitorio, técnicas de mindfulness, neurofeedback, y la psicoterapia basada en evidencia (como la TCC) pueden ayudar a fortalecer la función prefrontal y reducir la reactividad de la amígdala.
🔍 En resumen
- Amígdala = reactividad emocional rápida.
- Corteza prefrontal = regulación racional y control emocional.
- En los trastornos de ansiedad, hay una desincronización entre ambas.
- Reentrenar este circuito es posible y clave para reducir los síntomas.

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